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Del Libro “Apertura a la Sabiduría de la Cabalá”
El Pensamiento de la Creación y las Cuatro Fases de Luz Directa
13) La cuestión es que, del mismo modo que los objetos físicos están separados entre sí por medio de la distancia espacial, las entidades espirituales están separadas por medio de la disparidad de forma entre sí. Esto también puede verse en nuestro mundo. Por ejemplo: Cuando dos personas comparten la misma forma de pensar, se aman entre sí, y la distancia entre ellos, no les causa alejamiento.
Lo mismo ocurre a la inversa. Cuando sus formas de ver las cosas difieren, se odian entre sí y la proximidad espacial no logrará acercar el uno al otro en absoluto. Por lo tanto, las diferencias en los puntos de vista los aleja entre sí, y la proximidad de sus puntos de vista los acerca. Si, por ejemplo, la naturaleza de uno fuera completamente opuesta a la del otro, entonces estarían ambos tan distanciados entre sí como el este del oeste.
De forma similar podrás entender de la espiritualidad, todas las cuestiones de cercanía y lejanía, acoplamiento y unificación, que se disciernen en ellos, son solo grados de disparidad de forma. Se separan el uno del otro de acuerdo con la medida de disparidad de forma, y se juntan según la medida de equivalencia de forma.
De todos modos debes comprender que, a pesar de que el deseo de recibir es una ley obligatoria en la criatura, puesto que es la esencia misma de la criatura y es la vasija adecuada para alcanzar la meta de la Idea de la Creación, sin embargo, esto lo separa completamente del Emanador. La razón para esto es que existe disparidad de forma al punto de existir oposición total entre la criatura y el Emanador. Esto se debe a que el Emanador es puro otorgamiento, sin rastro alguno de chispas de recepción; y la criatura es pura recepción, sin rastro alguno de chispas de otorgamiento. Así, no existe oposición de forma mayor que esta. Por consiguiente, inferimos que esta oposición de forma necesariamente la separa del Emanador.