Lectura Recomendada

Del Libro “Apertura a la Sabiduría de la Cabalá”

Punto 3-5 

El Pensamiento de la Creación y las Cuatro Fases de Luz Directa

 

3) El antes mencionado orden de sucesión descendente, que trae al deseo de recibir a su forma final en este mundo, sigue una secuencia de cuatro fases que también se encuentra en las cuatro letras del nombre HaVaYaH. Esto se debe a que las cuatro letras HaVaYaH (Yod, Hey, Vav, Hey), de Su Nombre, contienen la realidad entera, sin excluir nada.

 

En general esto se aclaran en diez Sefirot: Jojmá, Biná, Tiféret, Maljut, y su Raíz (Shóresh). Son diez Sefirot debido a que Sefirá Tiféret contiene seis Sefirot internas, llamadas JaGaT NeHY (Jésed, Guevurá, Tiféret, Nétzaj, Hod, Yesod), y la Raíz, llamada Kéter. De todas formas, en esencia, se las llama JuB TuM (Jojmá, Biná, Tiféret, Maljut)

 

Y son los cuatro mundos: Atzilut, Beriá, Yetzirá y Asiá. El mundo de Asiá contiene, dentro de sí, a este mundo. Así, no existe ni una sola criatura en el mundo que no haya sido originada en Ein Sof, es decir, en la Idea de la Creación de deleitar a Sus criaturas. Por eso está intrínsecamente compuesto de Luz y Kli: un cierto grado de abundancia, con el correspondiente deseo de recibir tal abundancia.

 

El grado de abundancia se extiende a modo de existencia a partir de la existencia desde Su Esencia; y el deseo de recibir la abundancia surge a modo de existencia a partir de la ausencia.

 

Pero para que este deseo de recibir adquiera su cualidad final, debe descender gradualmente, junto con la abundancia que se encuentra dentro, a través de los cuatro mundos Atzilut, Beriá, Yetzirá y Asiá. Esto completa la Creación con la Luz y la vasija, también llamados Guf (cuerpo) y la «Luz de vida» que se encuentra dentro de él.

 

4) La necesidad por la cual el deseo de recibir debe descender gradualmente a través de las cuatro fases mencionadas que se encuentran en ABYA (Atzilut, Beriá, Yetzirá, Asiá) es que existe una gran regla en lo referente a las vasijas (Kelim): la expansión de la Luz y su partida, vuelven al Kli apto para su función. Esto significa que, hasta que la vasija no se separa de la Luz una vez, está incluida en la Luz, y está anulada ante ella como una vela ante una antorcha.

 

Este anulamiento se debe a que ambos son completamente opuestos entre sí, se encuentran alejados en extremos opuestos. Esto se debe a que la Luz es la abundancia que se extiende desde Su esencia a modo de existencia a partir de la existencia. Desde la perspectiva del Pensamiento de la Creación en Ein Sof, es otorgamiento absoluto, y sin ningún rastro del deseo de recibir. Su opuesto es la vasija, que es el gran deseo de recibir esa abundancia, la cual es toda la raíz de la criatura innovada, en la cual no existe rastro alguno de otorgamiento.

 

Por lo tanto, dado que ambos están juntos, el deseo de recibir se cancela dentro de la Luz que contiene, y puede determinar su forma solo una vez que la Luz haya partido al menos una vez. Esto se debe a que después de la partida de la Luz de la vasija, este comienza a anhelarla, y este anhelo determina y establece la forma del deseo de recibir, debidamente. Posteriormente, cuando la Luz se reviste dentro de la vasija una vez más, ambas se relacionan como dos asuntos separados: la vasija y la Luz, o el cuerpo y la Vida. Observa esto con detenimiento, pues es ciertamente muy profundo.

 

5) Por ende, se requieren las cuatro fases del nombre HaVaYaH, llamadas Jojmá, Biná, Tiféret y Maljut. La primera fase llamada Jojmá, es la totalidad del ser emanado: La Luz y la vasija. En ella se encuentra el gran deseo de recibir con toda la Luz incluida dentro, llamada Luz de Jojmá (Luz de Sabiduría) o Luz de Jayá (Luz de Vida), pues es toda la vida (Jaim) dentro del ser creado, que reviste el interior de su Kli. Sin embargo, esta primera fase es considerada Luz por completo, y la vasija es apenas distinguible, puesto que se encuentra mezclada con la Luz, y de este modo está cancelada en ella como una vela ante una antorcha.

 

Le sigue la segunda fase, puesto que al final la vasija de Jojmá se intensifica en equivalencia de forma con la Luz Superior dentro de sí. Esto significa que se despierta, dentro de ella, un deseo de otorgar al Emanador, de acuerdo con la naturaleza de la Luz que se encuentra adentro, y que representa por completo la cualidad de otorgamiento.

 

Luego, utilizando este deseo que se ha despertado dentro, se extiende una nueva Luz hacia él desde el Emanador, llamada Luz de Jasadim (Luz de Benevolencia). Como resultado de esto, se separa casi completamente de la Luz de Jojmá que el Creador le había otorgado, ya que Luz de Jojmá puede ser recibida solo dentro de su propio Kli, que es el gran deseo de recibir en toda su magnitud.

 

De este modo, la Luz y la vasija en la segunda fase son completamente diferentes de aquellos en la primera fase, ya que aquí la vasija consiste del deseo de otorgar. La Luz que está dentro es considerada Luz de Jasadim; esta es una Luz que viene de la fuerza de la Dvekut (adhesión) del ser emanado con el Emanador, pues su deseo de otorgar le guía hacia la equivalencia de forma con este. Y, en la espiritualidad, la equivalencia de forma es Dvekut.

 

Luego le sigue la tercera fase. Una vez que la Luz disminuyó y se convirtió en Luz de Jasadim dentro del ser emanado, sin nada de Jojmá, sabiendo que Luz de Jojmá es la esencia del ser emanado, al final de la segunda fase se despierta y atrae dentro de sí cierto grado de Luz de Jojmá, para iluminar dentro de su Luz de Jasadim. Este «despertar» atrajo de nuevo una cierta medida del deseo de recibir, que forma una nueva vasija (Kli) llamada la tercera fase o Tiféret. Y la Luz que se encuentra dentro se llama «Luz de Jasadim con iluminación de Jojmá», ya que la mayor parte de esa Luz es Luz de Jasadim, y la parte menor es Luz de Jojmá.

 

A continuación llega la cuarta fase, ya que la vasija de la tercera fase, al final, también se despertó para atraer la Luz de Jojmá completa, tal como ocurrió en la primera fase. De este modo, este «despertar» se considera «anhelo» por la medida del deseo de recibir en la primera fase, e incluso sobrepasándolo, pues ahora ya ha sido separado de aquella Luz, puesto que la Luz de Jojmá ya no reviste el interior de él (y anhela a esta Luz de Jojmá). Por eso, la forma del deseo de recibir se establece por completo, ya que la vasija se establece tras la expansión de la Luz y su partida de allí. Luego, cuando vuelva y reciba la Luz, la vasija ya precederá a la Luz. Y por eso la cuarta fase es considerada la finalización de la vasija, y se llama Maljut.