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Al terminar esta cuarta semana del segundo curso, predominan en mi ser más sensaciones positivas que negativas; la doble ocultación la experimenté hace cierto tiempo antes; posiblemente y sin tener conciencia de ello, el Creador venía trabajando con mis deseos egoístas. En este momento lo que más anhelo es “la hora de la verdad”; es decir, estar en un grupo de personas que posiblemente me ayudarán a corregir una serie de deseos egoístas que tengo y que estorban para mi propósito de unión con el Creador. También yo seré para ellos una especie de lija que ayudará a pulir esos deseos que deben desaparecer. Tendremos entre todos que construir una vasija común que nos permita la anhelada unión. ¡Necesitamos mucha plegaria con la intención correcta, humildad y mucho estudio!
Hola, buenos dias!
Como acaba de mencionar el maestro Laitman: “Todo depende en cómo una persona interpreta la actitud del Creador hacia él”.
Entiendo que al igual que niños, pretender ser como nuestro padre, al querer imitarlo, poco a poco nos empezamos a aprecer más a Él. Imitamos la forma que tiene de pensar y actual aún sin saber muy bien como funciona, hasta que un dia, de tanto querer se como Él, sin darnos cuenta podremos alcanzar la equivalencia de forma y conseguimos ver las cosas desde Su perspecrtiva que ahora tambien es la nuestra.
El Creador es la Fuerza General de la Naturaleza, la cual es únicamente bondad y otorgamiento a toda su Creación; no cambia ni tiene necesidad de hacerlo porque el plan se trazó desde el principio sin errores ni dudas. Nosotros no tenemos la mente del Creador y, desde nuestra naturaleza egoísta no percibimos que todo es bondad para sus creados. Lo que debe cambiar es nuestra percepción acerca de la mente del Creador y lo que hace para todos; mi mente debe desarrollarse y madurar acerca de la perspectiva que tiene de Él y obtendrá la visión correcta de toda la Naturaleza.
El Creador sólo quiere otorgar a sus criaturas de todo lo bueno que preparó para ellas. Cuando vemos la vida desde la perspectiva del Creador entendemos que existen fuerzas superiores e inmutables que sostienen la realidad material y espiritual. Es nuestro egoísmo, que sólo busca recibir placer para sí, el que nos lleva a interpretar el mundo como algo hostil y desagradable. La Naturaleza es la ley de otorgamiento en acción.
Existe una consciencia espiritual y una consciencia de la realidad. La conciencia espiritual no cambia, es la del creador a la cual deseo llegar. Pero sólo somos conscientes de la realidad y nuestro modo de percibirla. Debemos acercarnos al infinito deseo de llegar a la plenitud de consciente espiritual. La suprema sabiduría.
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